Esta es para mí la cualidad más importante que puede tener una persona; así mismo, lo opuesto, llamado la tacañería, me impide apreciarla.
Me refiero a esa maravillosa actitud de estar siempre dispuesto a dar de sí mismo, en atención, tiempo o disponibilidad. Se manifiesta con algo tan simple, como puede ser una sonrisa hecha a un desconocido que nos mira, igual al regalar lo que se tiene y es nuevo, o lo que se ha dejado de usar y está en buen estado. o aún mejor, lo que no se necesita.
Ojalá aprendiéramos a vivir con lo indispensable. Esto permitiría sorprender con un detalle a quién no se lo esperaba, y ayudaría también a dejar de querer tener más posesiones; además nos quitaría el deseo de envidiar o el de sentir, que nos hemos perdido de algo, más bien, nos haría sentir tranquilos y en paz, teniendo sólo lo necesario.
Aferrarse a las cosas, sólo conlleva sufrimientos; cambiamos y nuestros gustos también. Bien vale la pena desprenderse de lo que se acumula, y dárselo a quien lo necesita. Es enriquecedor hacer a una persona feliz, con un objeto o detalle. La sensación que produce el dar algo que se aprecia, solo desprenderse de cosas, produce una gran satisfacción.
A quiénes les cuesta trabajo sentir lo anterior, les recuerdo que somos diferentes a Tutankamón, de manera que seguro nos entierran sin nuestras posesiones favoritas.
Para complementar lo anterior recuerdo estas palabras de Jorge Luis Borges:
"Sí pudiera vivir nuevamente mi vida...en la próxima cometería más errores...Pero sí pudiera volver atrás, trataría de tener solamente buenos momentos. Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, solo de momentos; no! no te pierdas el ahora. Si pudiera volver a vivir, comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño."
DIANA NEIRA
Magnífica descripción de una de las cualidades que más valoro en las personas