Cuando la temperatura mejora, se empieza a descubrir el cuerpo, es la oportunidad para llevar a cabo un auto-análisis de nuestra parte física. Voy a la farmacia, me ubico en la báscula, me dice cuál es mi. peso, altura, porcentaje de masa corporal, masa con grasa y masa sin grasa. Procedo con un metro de costura, y me mido contornos del pectoral, cintura y cadera. La proporción ideal femenina es cuando la cintura mide de 25 a 30 centímetros menos que el pectoral. Me suele afectar esta medida, así que debo disimular la cintura llevando prendas que distraigan la atención hacia este punto..
El proceso sigue frente a un espejo grande que permita apreciar la mayor parte del cuerpo al mismo tiempo que puedo mirar la contraparte con un espejo de mano. Detalladamente observo desde la cabeza hasta los pies, cuello, hombros brazos, manos, cadera, muslos, pantorrillas y pies. Estado de la piel, expresión corporal y facial, pelo, peinado, maquillaje y/o afeitada. Lo guardo en mi mente con sentido constructivo, y adapto la información al tipo de clima y las circunstancias.
A partir de esto, cada vez que me arreglo utilizo la información, y la aplico desde la ropa interior hasta las compras de manera que controlo lo emocional que varias veces ma ha llevado a fallar como me sucede a menudo con los zapatos. Me emociono, los comienzo a usar en el mismo almacén después de andar un rato, me acuerdo que voy a tener que llevarlos por un tiempo largo, y entonces aparecen los pensamientos que me dicen " son un martirio"o " no los necesitabas buscabas sandalias y ¿por qué compraste zapatos cerrados?".
Todos tenemos cualidades y defectos, bien vale la pena aprovechar las cualidades en lugar de revelar unas piernas con celulitis. muslos gordos o barriga: Entre más pequeña es la prenda, el mejorar la experiencia al lucirla, es más exigente.
Esta es la prenda que más compramos las mujeres, la razón suele ser un impulso emocional. Sucede lo mismo con el mercado, sí vamos a la compra con hambre, adquirimos más de lo necesario. Recordemos que al enfrentarnos al otro transmitimos información, somos nuestra propia tarjeta de presentación.
DIANA NEIRA
DIANA NEIRA
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